Aviso:

Estimados lectores, aviso: ni soy coherente, ni siempre soy sincera.

jueves, 17 de febrero de 2011


Cojo agua con mis manos y a la cara.
Con los ojos aún cerrados alcanzo la toalla y me seco.
Levanto la cabeza, y ahí está.

Han pasado muchos años, casi he olvidado quién era.
Miro a mí alrededor, y no hay nadie más.

Hacía tiempo que no estábamos solas.
Desde luego la veo cambiada, creo que ha crecido
Ya simplemente por eso nunca será como antes.
Sin embargo, en sus ojos se puede ver un brillo familiar.
Creo que su esencia continúa con ella.

Y aunque han pasado tantos años que casi he olvidado quién era, veo en su rostro que sigue temiéndole a la soledad, encantándole dibujar, amando a los animales o buscándose a sí misma en una canción.
Sigue tan despeinada como siempre, gustándole en cierto sentido la violencia y siendo un puto desastre.
Sigue sin terminarse de conocer a sí misma, algo que por una parte le preocupa y por otra le satisface.

Me termino de secar la cara, y la sonrío.
Y aunque han pasado tantos años que casi he olvidado quién era, estoy encantada de verla de nuevo.


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