Aviso:

Estimados lectores, aviso: ni soy coherente, ni siempre soy sincera.

martes, 15 de marzo de 2011


Me pregunto por qué será que la adolescencia volvió a mí.

... en fin, por lo menos trataré de aprovecharla mejor esta vez.

jueves, 17 de febrero de 2011


Cojo agua con mis manos y a la cara.
Con los ojos aún cerrados alcanzo la toalla y me seco.
Levanto la cabeza, y ahí está.

Han pasado muchos años, casi he olvidado quién era.
Miro a mí alrededor, y no hay nadie más.

Hacía tiempo que no estábamos solas.
Desde luego la veo cambiada, creo que ha crecido
Ya simplemente por eso nunca será como antes.
Sin embargo, en sus ojos se puede ver un brillo familiar.
Creo que su esencia continúa con ella.

Y aunque han pasado tantos años que casi he olvidado quién era, veo en su rostro que sigue temiéndole a la soledad, encantándole dibujar, amando a los animales o buscándose a sí misma en una canción.
Sigue tan despeinada como siempre, gustándole en cierto sentido la violencia y siendo un puto desastre.
Sigue sin terminarse de conocer a sí misma, algo que por una parte le preocupa y por otra le satisface.

Me termino de secar la cara, y la sonrío.
Y aunque han pasado tantos años que casi he olvidado quién era, estoy encantada de verla de nuevo.


lunes, 31 de enero de 2011

Y de tanto dormir se me acabaron los sueños...

sábado, 22 de enero de 2011

Demasiadas veces pienso, que si tuviese la clave para volver 10 años atrás, a aquella discusión en la biblioteca y consiguiese evitarla, absolutamente todo cambiaría.

Curioso el efecto mariposa.

lunes, 17 de enero de 2011

¿Conoces esa sensación de haber sido puesto en un escenario extraño y no saber que hacer?

jueves, 6 de enero de 2011

De repente me lo contó todo.

Me desveló una de las claves de la longevidad: no preocupes a tu corazón.
Todo llega a su tiempo. Las preocupaciones y las prisas son muy malas para el ritmo cardiaco, para el sistema cardiovascular, para el carácter, para la absorción de nutrientes e incluso, opinó que es muy posible que sean el origen de mis dolores de cabeza.

Su secreto era vivir tranquila, pero sin dormirse en los laureles.
Me explicó que hay que tener mucha persistencia en lo que una haga, que debo ser realista, a veces las cosas no salen a la primera, pero no hay que tirar la toalla, si sigues intentándolo no hay nada imposible.

Por otro lado, no olvidó contarme también que siempre te puedes caer bocarriba, pero te terminas dando la vuelta… y que no, no debo angustiarme, si no lo consigo… habrá alguien que se percate y te ayude a volver a ponerte con las patas en la tierra.

Como consejo, me dijo que no temiese a los demás, me explicó cómo uno debe ponerse el caparazón, es importante para impedir que te hieran los enemigos, pero siempre desde una posición tranquila, no hay que ponerse tampoco a enseñar dientes.

También puntualizó la importancia de saber disfrutar del calor del sol, y comer más frutos de la tierra. No la creía tan detallista, pero se había fijado en que yo hacía mucho que no hacía ninguna de las dos cosas.

Lo cierto es que me sorprendió todo lo que sabía, de hecho es que aunque siempre habíamos compartido habitación, nunca se me había ocurrido preguntarle.

domingo, 2 de enero de 2011

Decisiones.

Para que mentir, tomo pocas, y en la mitad me equivoco.

Y la otra mitad se me olvidan por el camino.